sábado,
30 de octubre de 2004
Guión
de un monólogo
Hola público expectante, muy buenas noches, noches a todos y a todas. Ahora a los solteros nos llaman singles. Me encanta la palabreja nueva: single. No es nada peyorativo, creo que soltero empezaba a serlo. Single es así como más fashion, más chic, más in, más cool, y lo mejor de todo, desaparece el concepto de solterón, aunque no dudo que haya algún atrevido o atrevida, que se atreva con singlerón.
Ya hay revistas para singles, viajes para singles, quedadas para singles, hasta comida para singles. Sólo tienes que abrir mi nevera. Nada más hacerlo, no habrá ninguna duda: aquí vive un soltero o los siete enanitos. Porque Blancanieves no aparecía por ninguna parte.
Todo es pequeño: empanada pequeña, tetasbricks de leche pequeños, zumitos pequeños, fabada de la abuela pequeña, galletas pequeñas, que tiene huevos, unas Galletas del Príncipe del tamaño de un pin, que te tienes que meter en la boca cuatro o cinco de una tacada, para darte cuenta del sabor. Todo es pequeño, menos mi apetito. Y es que harto de tirar comida los primeros meses, opté por una compra más selectiva.
Por cierto, se ha creado hasta un club para singles, lo último del patetismo de esta sociedad. Una noche unos amigos singles, como debe ser, me engañaron y me llevaron a un garito donde estaba programada una quedada single. No veas que cosa más… no se como explicarlo, más… Bueno, yo como chico, siempre bajo mi opinión personal, la tía más buena que vi esa noche, se parecía a Paz Padilla y, como casi todas, estaba divorciada y con un churumbel. También había alguna soltera, pero físicamente no era muy saludable mirarla a la cara más de tres segundos. No es bueno para la salud correr ese riesgo, tanto visual como cerebral. Vamos, que no era fea del todo, era sólo un poquito incomoda de mirar...
Bueno, seguimos. El caso es que desde que somos singles, el resto, los copules, nos tienen como mucha más consideración, porque antes, cuando aún me llamaban, soltero o solterón, me lo hacían pasar mal.
Recuerdo una boda en los madriles, cuando yo vivía en la capital del reino. Un amigo de mi equipo de fútbito se casaba. Llego al convite y me busco en la lista, a ver donde me habían puesto:
MESA 15
Paloma · Emilio
Dolores · Luis Eduardo
Ángeles · Domingo
Elena · Carlos
Maribel · Ángel
Jorge
Paloma · Emilio
Dolores · Luis Eduardo
Ángeles · Domingo
Elena · Carlos
Maribel · Ángel
Jorge
Si uno de los chicos de la mesa me decía: Eres muy joven aún, no hay prisas por tener novia.
La novia apuntillaba: además con los nuevos sistemas de fertilización tampoco hay que preocuparse.
Yo pa mis adentros: tu madre si que tenía que haber sido infértil. ¡so warra!
Otra de las chicas: pero chiquillo, ¿cómo que no tienes novia?
Su novio: porque las mejores ya están cogidas.
Yo pa mis adentros: te equivocas, no es por eso, es porque con tirarme a tu novia de vez en cuando me sobra y me basta, ¡gilipollas!
Lo mejor de todo, es que hay una cosa que ellos no saben, pero yo si: Nadie se alegra de estar soltero pero tampoco nadie, a los 10 años de matrimonio, se alegra de estar casado. Así que entre ellos y yo hay dos únicas diferencias:
Primero, que duermo a mis anchas en una cama de 1,50, sin nadie roncándome al oído.
Y segundo, que mi vida sexual es mucho más activa. Pero no mucho, muchísimo más y mejor, de más calidad y variedad.
El caso es que casi al final del convite acabo con una detrás mía, bailando la Conga, e intentando hacerme creer que de donde está cogida es de mi cintura y no de mi paquete. Sabré yo donde termina una cosa y donde empieza la otra, so warra tú también. Pero bueno, ahora todo eso es historia, ahora soy single y todo es completamente distinto.
Hay otra palabreja que le ha dado un giro a mi vida, es la de metrosexual, que es algo así como cuidarse igual que una tía, con depilación y todo. Y si alguien me dice: cuidaito la piel tan pelada que me traes. Le suelto un shhhhhhhhhhhh, es mi nuevo look de metrosexual. Hay algo más auténtico que un single con look metrosexual, en una boda repleta de copules.
Es que soy pa comerme, ya lo se, pero pocas os dáis cuenta de ello. Bueno, muchísimas gracias, y hasta pronto, pecadores.
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