sábado,
14 de marzo de 2009
Guión
de un monólogo
Hey, hola amiguitos y amiguitas, muy buenas noches noches, a todos y, por supuesto, a todas, que no me olvido nunca jamás de los jamaces, de vosotras. Chatina, luego te doy mi teléfono, ¿ok...? Vamos, el número, no el aparato, y no le saquéis doble sentio, eh... Hoy mi monólogo, no es tolerao pa menores de… Bueno ya los menores son muy precoces, no como en mi época. Así que hoy hablaremos... de sexo sin tapujos.
Comencemos ya, sin más dilación. Sin ser sexólogo, ni ninfómano, vamos, creo yo… ...bueno, sólo un poquito, na más. Ni soy médico, ni ginecólogo, mi profesión frustrada, que en los congresos que forman, cada uno huele el dedo del otro, fantástico
No nos desviemos y volvamos al makoki, el sexo. Como iba diciendo, no soy experto en estas lides. No soy ni pornógrafo, ni pornófilo. Solamente soy curioso, oyente y observador,
eso sí, muy observador, para poder practicar bien, digo yo...
Es probable, es posible, supongo yo, que todos los presentes, sepan del tema más que yo. Fijo que tenéis anécdotas sexuales más interesantes que las que pueda contar el mismísimo Nacho Vidal. Bueno, ahí me he pasao, porque como bien dice Nachito Vidal, ese monstruo inmensurable: -Me he tirado a una gorda de 130 kilos, a una tía despampanante y a lo que me han puesto delante. Si me apuras, -decía Nachito, me puedo tirar hasta a un fantasma. Fantasma Power, sí señor.
Porque si hablamos de fantasmas, entre el género masculino y no me doy por aludido, para nada, hay mucho, pero mucho, mucho mucho fantasmón, una cosa bárbara. Cada carboná, es decir, cada polvo que echa, la multiplica automáticamente por tres. Y encima quiere que el polvete acabe pronto, para poder contarlo con todo detalle a los compadres. Eso es más basto que un rosario de melones.
¿Qué pasa con la intimidad? Aquí en Sevilla, he conocido a novias de amigos, o mejor dicho, de conocidos, que ya prácticamente, me la imagino en cueros vivos, en pelota picá. Ya se, si tiene el artículo de lujo depilaito, el clásico pitillo brasileño o es amante de la frondosidad, que posturas son sus favoritas. Estamos llegando a un nivel muy vulgar, muy cani.
He escuchado muchas historias sobre sexo, algunas maravillosas. He visto hasta historias, en teoría secretas, pero un servidor, las ha visto. Secretas y hasta maravillosas, que se repiten a lo largo y ancho de este planeta llamado Tierra. Igualmente he vivido carbonás de escándalo, pero que nunca se sabrán, por lo menos, por mi parte.
Pero hablar de sexo, por lo menos aquí en España, es un poquito complicado todavía, en el siglo veintiuno, ya muy comenzado. Para muchas personas, hablar de sexo, conseguir ese estado de desinhibición y gracia verbal es complicado, muy complicado. Todavía quedan muchísimos rancios, una auténtica barbaridad. Rancios, para que me entendáis, es el 99,9% de derecha, fachillas de mierda y su puta madre en vinagre. Aquí en Sevilla, los hay a patadas, aunque luego, son los primeros en decir, ¿En tu casa o en la mía?...
Esta sociedad, tan exquisitamente hipócrita, se ha encargado de inculcarnos, que hablar de sexo es malo, es pecado, es vulgar y para las mujeres, es poco femenino. ¡¡Tequiyá!! Manda huevos la cosa. Es toda una violación de nuestra privacidad. No es elegante, ni educativo, es el colmo del cinismo. Sí, del cinismo. Sí o sí, como dice el Sr. Benavente, presidente palanganero del Sevilla FC.
Ahora bien, hablar de sexo en clave de humor, sí está permitido. Es aceptable contar chistes, casi todos machistas y que convierten a la mujer en protagonistas burdos de la anécdota de turno. O chistes, donde si eres todavía un poco lelo, te crea un trauma, ya que el artículo de lujo masculino, se describe casi siempre, como la trompa de un elefante. Luego en privado, te ves tu cosita y te crea un poquito de depresión. Tampoco me doy por aludido, eh... Que no es mi caso, pishita, que me lo han contado y yo lo transmito...
Otra es la pornografía. Miarma, si por ejemplo, eres adicto a ver cada noche el Canal 47, amigo de las manuelas, no de debes de tomar como ejemplo nada, o casi nada. Tú haces el amor, guarreridas españolas, no haces gimnasia. No tienes que tener más cola que la Pantera Rosa, eso es una equivocación. Tampoco está trucado, pero ese rabo, tiene más silicona que las peras de Yola Berrocal.
Bueno chavalotes, estimado púbico, digo público, voy a dejar ya por hoy el tema sexual, que ya se están empañando los cristales de la sala. El pescao ya está vendio por hoy y ya hay que cerrar la pescadería. Queridos amiguetes, id empezando ya a cená, que se enfría la sopita. Buenas noches noches. Gracias, gracias, gracias y, venga, a dormir ya...
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