domingo,
31 de octubre de 2004
Guión
de un monólogo
Hey, cooorrrdialessss saludosss, buenasss nochesss, nochesss, señoresss y señorasss, señoritosss y... señoritasss. Yo actualmente, soy soltero, ¿que pasa...?, pero no lo he sido siempre, eh... aunque alguna del público, seguro, juraría que sí. Ay, como se ríe al fondo, la rubia de bote. Venga..., que he quedao con todos vosotros, pero todos, todos, habéis mirado para atrás, eh, que morbosos sois. Bueno, volviendo al tema por el que he comenzado el monólogo, si me pongo al día, habría que decir que soy single, que es solterón en idioma cool.
El caso es que yo he tenido novia y esas cosas. Bueno, y esas cosas no, novias y ya está. Así, más en serio, tres o cuatro me parece. De los 10 a los 14, todavía era mu pardillo. De los 14 a los 16, na de na, de los 16 a los 18, tampoco, y de los 18 hasta finales de los ochenta, ...bueno, para ser más exacto, fue hasta finales de los noventa. Lo que ocurre, es que a mi se me hicieron muy largos, no por la chicas en cuestión, que era un tipas fantásticas, de lo mejor, sino por mi, otras historias en mi currículo sentimentá. Y ojo, que yo no soy nada fantasmón, cómo otros muchos, y no señalo a nadie, eh...
Sinceramente, llevo unos cuatro añitos sin estar en el mercao, me encuentro con 35 ñapos, sin novia, y sin idea de cual es el modus operandi en estos casos. Y es que veréis, no es igual salir con tu novia, con la que llevas cinco añitos de relación, cinco, sin premio, eh... ...a salir con una chica, que acabas de conocer. Vamos, que no, que eso es una tontería mu gorda.
Por ejemplo, en el cine. Con mi novia, yo tenía unas pautas de comportamiento que, después de tanto hacerlas, se convirtieron en un hábito, no se si saludable, pero hábito, al fin y al cabo. De camino al cine era impepinable cantar aquella famosa canción de la Banda Sonora de Annie: Vámonos al cine..., y es que, no podía evitarlo, se me venía esa cancioncilla.
Al principio, cuando había menos confianza, sólo la tarareaba, y los dos nos reíamos como dos gilis enamorados, pero al cabo de los años, aquello era el despipote madre, cantando a pleno pulmón, ya sin el mínimo rubor al hacer el ridículo, sacando los brazos por la ventanilla del coche, haciendo el famoso gesto que hacemos cuando cantamos, como si estuviéramos dirigiendo una banda imaginaria con una batuta en el mismo Teatro Maestranza o en el mismísimo Lope de Vega: (...Vámonos al ciiiiiiiiiiineeeeeeeee... prooonto vaaaaaaa a empezaaaaaaaaaaarrrrrr...). Mi novia al final, se acostumbró y me hacía los coros, porque, el artista indiscutiblemente, sin ningún género de dudas, era yo.
Por supuesto, una vez sentado en la butaca, era condición sine qua non, gritar aquello de Mooooooooooovirecord, chan chan chanraran chararan ran chan cha raran... y eso, que queréis que os diga, pisha, no me lo quitaba nadie.
Antes de entrar en la sala, pedía las palomitas más grandes que hubiera, y el vaso der Coca-Cola gigante, y na más sentarme, comenzaba a meter la manaza en aquel cajón de palomitas, de forma que cuando acababan los tráilers y los anuncios locales, salía lo de Mooooooooooovirecord, la tía de la antorcha, el caballo con alas, también llamado Pegaso, ¿que pasa cari?, ¿que te creías que no me sabía la palabrita? ...bueno, pues cuando salía todo eso y empezaban los títulos de créditos, yo ya no tenía palomitas. Y no hablemos der Coca-Cola, a esas alturas, me conformaba con mover la cañita, también llamada pajilla, pero a lo mejor hay niños levantaos y no quiero tener problemas. Intentaba mover la cañita, todo lo que me permitiera el agujerillo de la tapadera, pa poder pillar algo de refresco entre los huequillos del hielo. En fin, cosas que todos hemos hecho cuando hay confianza.
Pero ahora, cuando dejas a tu novia, conoces a una chica y lo primero que hace es invitarla al cine. Primer error. Primer gran error, grandísimo error. Yo os lo explico. Te vas al cine con alguien que apenas conoces, te pegas dos horas sentado al lado de esa chica, a la que no te atreves a mirar y mucho menos a meterle mano, y lo peor de todo, ¿habéis visto la carita que se nos queda cuando salimos del cine? Es como si te hubieras pegado las dos horas durmiendo. Sales medio amamonaillo, con los ojos hinchaos.
El caso es que voy con esa primera cita. Primera cita de después de romper con mi novia, montado en el coche, camino del cine, ella me habla, pero yo, sintiéndolo mucho, no escucho más que la famosa cancioncilla en mi cabeza.
Ella: A ver si nos da tiempo y llegamos para la de las 22.30.
Yo: Si mujer, yo creo que sí.
Yo pa mis adentros: …vaaaaaaámonoooooosss al cineeeeeeeeee...
Ella: Esta sesión tiene las entradas numeradas.
YO: Si mujer, yo creo que sí.
Yo pa mis adentros: ...na nanana ...prooonto vaaaa a empezaaar...
Además, otra cosa, esto de las canciones, como no lo saques pa fuera, te puedes pegar tarareando la coplilla en la memoria 10 días o más...
Y por fin, llegas al kiosco de las palomitas, ummmmmmmm que ricas, ricas son.
Ella: ¿Que quieres tomar?
Yo: Nada.
Ella: Nada, ¿ni palomitas, ni na?
Yo: No, en serio, ya he cenado, gracias.
Ella: ¿Quieres un buchito der Coca-Cola?
Yo: Nooo, en serio, que no tengo sed, gracias.
Yo pa mis adentros: vaaaaaaaaamonooonoss al cineeeee.
¿Veis lo que os decía? ¿Eh...? ¿Veis, no...? Ya no hay quien me quite la puta canción de la cabeza, ya es un martirio chino...
Una vez sentados en las butacas, empieza la retaila de tráilers, yo no dejo de pensar, que no voy a poder aguantar las ganas de gritar lo de: Mooooooooooovirecord, chan chan chanraran chararan ran chan cha raran. Y ves que siguen los tráilers, que ya mismo llega, ahí está, la tía de la antorcha, el caballo con alas y… ¡no, ahí está! No puedo, la cabeza me va a estallar Vaaamonosssss al Mooooooooooovirecord ...proooonto va aaaaaaaempe Mooooooooooovirrd chanraran chararan ran chan cha. Un verdadero martirio, lo que yo os diga.
Así que ya nunca quedo para ir al cine. Prefiero charlar en cualquier sitio tranquilito. Además lo de los asientos de atrás de las salas de los cines ya está totalmente anticuado, hay que reciclarse un poquito, miarma... Bueno, gracias, gracias, gracias, y hasta la vista Babys.
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