miércoles, 31 de octubre de 2007
Guión
de un monólogo
Hey, hola pecadores y pecadoras, hola también a los pulcros y recatados, masculinos y femeninos, siempre de forma cariñosa, eh... Muy requetebuenas noches, noches, señores y señoritas. Buenas noches otra vez a to er mundo. Vamos, saludos cordiales pa’to quiski. Hoy les voy a relatar la historia que me contó hace ya unos añitos, una amiga un poco íntima, ya sabéis...
Todo esto es verídico. Su mamá era una fanática de los baños púbicos, perdón, digo baños públicos. De chiquitita le llevaba al baño, le enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza. Hasta ahí es comprensible. Ojalá nuestros padres nos hubieran enseñado a los tíos a no salpicar en la taza. Cosa imposible, ya que nuestros padres eran los más gorrinos, siempre en el buen sentido de la palabra, eh... Pero vamos, que eran mu gorrinos.
Todo esto es verídico. Su mamá era una fanática de los baños púbicos, perdón, digo baños públicos. De chiquitita le llevaba al baño, le enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza. Hasta ahí es comprensible. Ojalá nuestros padres nos hubieran enseñado a los tíos a no salpicar en la taza. Cosa imposible, ya que nuestros padres eran los más gorrinos, siempre en el buen sentido de la palabra, eh... Pero vamos, que eran mu gorrinos.